miércoles, 21 de agosto de 2019

¿QUÉ HAY MÁS ALLÁ?

Hace algunos años nació en mí una gran curiosidad por leer libros que tratan sucesos paranormales, aunque no utilizaría aquel término, más bien diría que son sucesos que ocurren con frecuencia, pero la ciencia aun no logra comprender. Posteriormente, me di cuenta de que en algún momento de mi vida los había vivenciado ya sea en sueños o al ver eventos que me desconcertaron y que en su momento traté de darle una explicación lógica. He llegado a convencerme que existe vida después de la "muerte" aunque creo que la muerte y la coloco entre comillas, no es el fin, es una transición que nos permite regresar hacia algún lugar del cual todos provenimos. 

Los egipcios tenían la creencia de que cada ser humano tenía un cuerpo físico y un “ka”, la fuerza inmaterial que continuaba viva después de que el cuerpo haya perecido, un equivalente a lo que conocemos como alma. Paralelamente a esto, Ka podría necesitar unirse a su cuerpo físico, es por ello que los egipcios momificaban a sus muertos para que puedan alcanzar la vida eterna después; pero cabe destacar que ellos sabían que el cuerpo material no podía hacer el paso desde este mundo al inmaterial, es por ello que el “Ba” (su personalidad) era la que lo hacía. Una vez que el Ba y el Ka se unían podían hacer el viaje final hacia el cielo donde el difunto resucitaba como "Akh", espíritu, y podía vivir por siempre. [1]

No me considero una persona religiosa, pero considero que existe una energía universal que conecta y mantiene en equilibrio todo lo que sucede y existe en este universo; aunque debo decir que soy católico debido a que mis padres me bautizaron a los 5 años.
Entonces, si la muerte es una transición hacia otra vida, muchos nos hemos preguntado ¿por qué venimos a esta vida? Considero que cada uno de nosotros venimos a cumplir un propósito que establecemos antes de nuestro nacimiento y, en consecuencia, nosotros debemos descubrir que es aquello, así mismo, en esa búsqueda nosotros iremos experimentando el amor, la felicidad, la alegría, el júbilo, el dolor, la tristeza, el odio, la ira, la cólera, etc. que, en consecuencia, debemos aceptar que todo lo que vivimos antes de nuestra transición es una preparación para seguir evolucionando. 

Según la investigadora Elizabeth Eyse en su libro "Cuando los difuntos nos visitan", describe una variedad de estos casos, ella les coloca el nombre de vivencias subjetivas de contacto con un difunto - VSCD, donde describe el contacto de personas "vivas" con difuntos. Puede parecer una locura afirmar que se puede establecer contacto con los difuntos, sin embargo, queda en manifiesto las vivencias de las personas que recibieron un mensaje del difunto o incluso, lo más asombroso, presenciar directamente la materialización del ser que ya partió.

Los casos que empezaré a narrar a continuación no son inventados, llegué a ellos o ellos llegaron a mí, según como lo queramos ver. Con ellos quiero dejar constancia que su descripción coincide con una infinidad de relatos que se presentan a nivel mundial y que he podido constatar con la bibliografía revisada. 

No deseo establecer los casos como una verdad absoluta, debido a que aún no existe un método científico que haga constar la veracidad de estos relatos, solamente dejo los casos a criterio del lector. Ustedes juzgarán.

Si, por el contrario, consideras que has tenido una experiencia similar a los casos que describo a continuación, déjame tu contacto para poder charlar.


[1] Recuperado del portal web: sobreegipto.com

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